jueves, 27 de noviembre de 2008

27-11-2008 ruta en solitario Camino del Hoyo-Zagrilla

Esta mañana me levanté con la intención de salir a hacer un poco de senderismo pues el próximo fin de semana no puedo. Con el cielo nublado y algunas gotillas retrasé mi partida hasta las 10'30 horas y sorpresivamente decidí acometer el Camino del Hoyo, vía que veo todos los días cuando me incorporo por el Carril de los Silos a las A-339 para ir a trabajar.

Así dejé el coche en un apartadero y comencé la marcha que al principio tiene una pendiente realmente dura. Cuando llegas a la cumbre empieza a llanear descendiendo poco a poco más adelante. Es aquí, donde se domina una paisaje espectacular: a la izquierda la Sierra Tiñosa, la de Alhulemas y La Horconera, entre las tres los puertos de Mahína y del Cerezo, más allá el pueblo de Carcabuey. A la derecha vistas de la Sierra de Leones y más al fondo la Sierra de Esparragal con las dos Zagrillas, es realmente sobrecogedor.

Sigo caminando por un carril en bastante buen estado y desciendo hasta llegar a la curva de 90º del antiguo trazado de la carretera de Zagrilla; apenas han pasado 50 minutos y me ha acompañado un perrito lanudo durante todo el trayecto que ha discurrido por el omnipresente olivar. Me vuelvo sin más descanso que un trago de agua y desando el camino; al llegar a la vertiente ya citada de nuevo a estremecerme, ¡cuánta belleza a apenas 500 metros del casco urbano de Prigo! Al final son unas dos horas de marcha y el bienestar que me proporciona esta actividad.

Esperando convocaros a una nueva salida ya en diciembre, recibid un abrazo. Rafael Pimentel.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

23-11-2008 Crónica de Miguel Forcada de su subida a la Sierra de Alhucemas

Me ha enviado Miguel Forcada una minicrónica sobre la subida que el pasado domingo 23 de noviembre hicieron a la Sierra de Alhucemas. Participaron junto a Miguel, Agustín Espinosa y Manolo Rico; también he recibido algunas fotografías que iré publicando en los próximos días. Espero que volvamos a juntarnos todos en una próxima ocasión para alguna nueva ruta.


Salimos de la cadena que hay poco antes del cortijo de las Chozas y en poco más de media hora alcanzamos Puerto Mahina ya dando vista a Cañatienda. Desde ahí comenzamos la subida a Sierra Alhucemas caminando en dirección Oeste; en menos de una hora empezamos a dar vista al valle del Puerto del Cerezo teniendo en frente las cumbres del Bermejo. Veíamos perfectamente por donde bajamos aquel día de la niebla.... Entonces volvemos a la izquierda y vamos cumbreando Alhucemas en dirección sur hasta llegar al filo del cono del glaciar (este es un nombre para entendernos) que cae sobre el cortijo Alto; esta zona es impresionante por el desnivel y los tajos que hay tan tremendos. De ahí son las primeras fotos, hay zonas espectaculares...Caminamos bordeando los tajos de ese cono, que cada vez se hacen más agrestes y estrechos; es un verdadero peñascal casi intransitable. Como sabes nuestro objetivo era encontrar una bajada desde las cumbres de Alhucemas hasta Puerto del Cerezo para hacer una ruta con el grupo y (los que se atrevan) intentar hacer "los tres grandes en un solo día", pero las cosas se pusieron cada vez más difíciles...

Caminando por las crestas dando vista a las dos vertientes, era ya impresionante. Empezamois a ver Puerto del Cerez pero los desniveles desde donde estábamos eran enormes y no veíamos bajada practicable ninguna. Seguimos hacia adelante hasta un chaparro que crece colgado de un abismo saliendo de una roca; estábamos practicamente bloqueados y solo había dos opciones: marcha atrás, difícil, o bajar por medio de los tajos, mucho más difícil. Manolo vio posibilidades desde una cornisa hacia una zona que parecía accesible; este humilde cronista confiesa que pasó allí unos minutos de pánico al sentir un vértigo que no podía dominar... Finalmente atravesamos aquella zona bajando desniveles seguramente superiores al 75 por ciento. Desde ahí fue algo más fácil aunque todavía en una bajada durísima. En estas fotos se ve el arbolillo o chaparro arriba, colgado casi de la cresta de Alhucemas; están hechas ya desde el Puerto del Cerezo.Una vez abajo, como era imposible volver por el mismo camino tuvimos que rodear la sierra de Alhucemas hasta la Peñuela; lo hicimos bajando el valle del Puerto del cerezo pero no por el camino habitual sino por la vertiente de los tajos, donde hay lugares bellísimos como los que van en el siguiente mensaje. Pero hicimos un traayecto larguísimo de manera que asomamos por la falda norte de Alhucemas pasando sobre el Arrimadizo y cayendo directamente sobre la Peñuela... Cuando llegamos al coche llevábamos 6 horas caminando casi sin descansos. Habrá que buscar un paso más fácil... pero si no lo encontramos, la subida a Alhucemas si es factible y bajaríamos recorriendo la sierra hacia el norte sin ningún problema.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Domingo 23 de noviembre: ruta Arroyo del Ciego-Valdeinfierno

El próximo domingo quedamos a las 8 en el Bar el Águila para realizar una nueva ruta. En este caso tiene unos 7 kms y transcurre por los términos municipales de Algarinejo y Priego de Córdoba. Cruzamos transversalmente la Sierra de Albayate por su extremo oeste. Espero que os guste.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

16-11-2008 minicrónica ruta La Navasequilla-Puerto Mahína

Empezaré como siempre. Mañana no excesivamente fría y muy clara. Café, en mi caso descafeinado, en el Bar el Águila; allí las primeras bromas y algún chiste del camarero Moreno. Las presentaciones de las nuevas incorporaciones en la puerta. Nos distribuimos en coche y tras recoger en la gasolinera La Milana a Zafra, su hijo y Javi nos dirigimos hacia la Navasequilla.

Dejamos los coches en el cruce de este diseminado y marchamos por un camino en excelente estado hasta el Cortijo de la Peñuela. Aquí la vía se estrecha un poco pero todavía asciende sin grandes inclinaciones teniendo su final en el Cortijo de las Chozas de Toledo. En este punto, paralelo a un arroyo, subimos por una vereda que a veces desaparece entre los olivos. Hay mucha pendiente y de ves en cuando hay que descansar siendo que en cada una de estas paradas podemos contemplar unas vistas estupendas de la comarca de Priego. Arriba, al inicio del puerto se observa un árbol - luego comprobamos que era una álamo - que nos marca el objetivo. Finalmente llegamos pero todavía hay que subir más por una garganta en la que había una casa hasta dar vista a la zona de Las Lagunillas.

En este punto se decide continuar descendiendo hasta el antiguo Cortijo de Cañatienda lugar en el que tomaremos el desayuno, Conchi nos obsequiará con unos trozos de tarta de manzana, buenísima. Al momento, ascenso para la vuelta, sol y un poco de calor para retornar a Puerto Mahína (en algunos mapas se dice Puerto Mañina). El primer descenso del vuelta a las Chozas de Toledo despacio, depués meto el turbo pues me viene un poco justo para entrar en el turno de tarde.

Gracias a Miguel, Agustín, Alonso, Zafra, Rafalín, Javi, Conchi, Inma, Mariángeles y Oliver.

Gracia

jueves, 13 de noviembre de 2008

Domingo 16 de noviembre: ruta de La Navasequilla-Puerto Mahína

Para el próximo domingo, con poco tiempo pues tengo turno de tarde, he diseñado una ruta breve y bastante accesible. Se trata de dejar los coches en el cruce de la Navasequilla (X: 390607.94 Y: 4141363.63) para subir andando por un camino ancho y en muy buen estado hasta el Cortijo de la Peñuela (X:389710.19 Y: 4139789.24) continuando hasta otra construcción bastante conocida cuyo nombre es "Las Chozas de Toledo" (X: 389298.74 Y: 4139152.95) dedicada a la cría de cabras. Hasta aquí habrán transcurrido unos 3 kms desde el punto de partida. Siguiendo por una vereda un kilómetro después llegamos a Puerto Mahína desde el que ya se puede observar la zona de Las Lagunillas. Preside todo el trayecto la mole de La Tiñosa y aunque mi intención es volverme por el mismo camino de ida cuando llegue a Puerto Mahína, puede que algún experimentado montañero que nos acompañe suba con quien lo desee hasta el pico Tiñosa.

Como siempre recordad que el punto de encuentro es el Bar el Águila a las 8 de la mañana.
Saludos. Rafael Pimentel (645-973910).

domingo, 9 de noviembre de 2008

Crónica de Miguel Forcada sobre la "Gran Travesía de la Sierra de Albayate"



TRAVESÍA DE "SIERRA ALBAYATE"
8-11-2008
Llevábamos bastante tiempo pensando en hacer la travesía de la Sierra Albayate de extremo a extremo. Llegamos a hablar de "la gran travesía" ya que después de caminar por todos los vericuetos de esta sierra en los últimos dos años, nos apetecía completar un recorrido enlazando todos los lugares ya conocidos.
Nos citamos en el bar El Águila, a las 8 como siempre; a esa hora ya habíamos dejado un coche en la antigua escuela del Salado, preparado para el regreso. A las 8,40 dejábamos los coches frente a la ermita del Castellar y comenzábamos la caminata. Rafael, Manolo Zafra y su hijo, Concha Jiménez, Agustín, Manolo Rico, Vicente, Alonso y Miguel.
En pocos minutos estamos en el Cortijo Reyes, una enorme edificación con patio central, ya deshabitada y en ruinas, que fue hasta los años 60 uno de los grandes lugares de trabajo en la comarca; vivían aquí varias familias y tenía "casa de señores" situada en la zona que todavía se mantiene más entera del edificio. El cortijo tenía más de mil fanegas de tierra y una parte de sierra. Altitud aproximada 900 metros.
Por un camino que sale frente al cortijo, ascendemos en dirección a la sierra. Ya en el límite entre el olivar y el monte, dejamos a la derecha la "Fuente de la Maleza", pasamos por la casa del guarda, ya derruida y desde el llano que se abre un poco más arriba divisamos las tierras del cortijo hoy ocupadas íntegramente por olivar en plena producción; aunque hay niebla en las zonas altas, divisamos la vertiente oeste de la Sierra de los Judíos, las Paredejas y la Aldea de la Concepción.
Nos adentramos ya en zona de encinar ganando altura hasta llegar a la "cabreriza de Alejo" situada a 1070 metros de altitud. El edificio, también ya con los techos caídos y devorado por la maleza, se compone de una pequeña casa y un enorme corral con espacios a cielo abierto y bajo techo. En nuestro "Catálogo de construcciones rurales antiguas", la Cabreriza de Alejo podría ser modelo de un tipo de edificio dedicado expresamente a la ganadería.
Seguimos ascendiendo suavemente adentrándonos ya en plena sierra hasta la cota de los 1.130 metros; encontramos una desviación del sendero en ángulo recto, que toma dirección norte bajando por la falda de la sierra. Podríamos seguir para alcanzar la cresta de la sierra, pero queremos pasar por lugares ya conocidos y por lo tanto comenzamos a bajar por el nuevo sendero hasta llegar a una pequeña meseta desde la que avistamos la ciudad de Priego al fondo; este lugar nos permite ver gran parte de la cara norte de Albayate aunque las cimas permanecen ocultas por la niebla. Bordeando por arriba los suaves barrancos que se van formando caminamos en dirección oeste por un mínimo sendero que atraviesa pequeñas manchas de encinar. Dejamos atrás, a la derecha, la Cañada de los Tajos, otro lugar que hemos atravesado en anteriores ocasiones. Empezamos a ver setas al borde del camino; gracias a las lluvias abundantes que han caído en las últimas semanas, este otoño está siendo estupendo para los micólogos y los aficionados a la recolección de estos misteriosos seres; no nos acompaña ningún experto y por lo tanto, ninguno de nosotros se decide a recogerlas. Alguien advierte que no hay problema, que todas las setas se comen, aunque algunas solamente una vez….
En una bajada del sendero, entre un encinar que da al lugar un aspecto recóndito y bellísimo, encontramos la cabreriza del Cortijo de la Sierra; curiosamente, la pequeña casa, mantiene en pie las paredes y la vertiente del techo que dan al este y sin embargo las caras sur y oeste de la edificación están derruidas; nos hacemos fotos delante de esta zona, viéndose las entrañas de lo que un día fue lugar de vida y trabajo. Pocos minutos después afrontamos la brusca bajada al estrecho valle donde se encuentra el Cortijo de la Sierra, punto de encuentro de muchos recorridos por Albayate. Hay una fuente de piedra cuyo caño salía antes de un bloque cúbico perforado, situado en el centro de la taza, construida con grandes bloque de piedra labrada. Este manantial no se ha agotado en todo el pasado verano; el agua cae desde la fuente a una serie de "bañeras" (en cuyo costado puede leerse que fueron fabricadas en Brugos) hasta derramarse en el arroyo que se pierde en la tierra pocos metros más abajo. Este ha sido un cortijo con mucha vida hasta hace no más de cuarenta años; estaba dedicado a la ganadería y los alrededores están completamente "deforestados" seguramente por corte de leña para calentarse en los duros inviernos; el cortijo está situado en un pliegue de la sierra orientado al norte, por lo que las horas de sol en invierno son muy escasas. Desde el "Cortijo la Sierra" baja un sendero que discurre por tramos labrados en la piedra y pasa por delante de la casa de "la Chacha Rifle", una anciana que vivió allí hasta su muerte y que se ha convertido en uno de nuestros "mitos".
Hacemos un pequeño descanso a la sombra de las ruinas del cortijo. Estamos a 1.030 metros de altitud. Ascendemos de nuevo en dirección noroeste bordeando ahora la pretenciosamente llamada "Cañada de Dios" en cuyas faldas se mantiene un precioso bosque de encinas muy bien conservado. Recordamos la subida que hicimos por esta Cañada, desde la fuente de "Los Cañillos" atravesando el "barranco de los Corralones" por lo más hondo, hasta salir al "Paso de las Ánimas"; nos dirigía aquel día nuestro amigo "Gavilán", un hombre de 74 años que pasó su vida en estas sierras hasta su jubilación; nuestro amigo, a su edad y vestido con ropa y zapatos de calle, subía, campo a través, siempre delante de nosotros, que no podíamos seguir su ritmo.
Descartamos en la última curva un sendero que nos acercaría a la cumbre para pasar y hacer parada en el "Collado de Dios". Este paso o puerto entre las vertientes norte y sur de Sierra Albayate, se abre a la altura de 1.185 metros y era, hasta la llegada de los "coches" vía de comunicación entre las gentes que poblaban el valle de Fuente Grande y las Navas, con la zona de Priego. Frente a nosotros se abren ahora las tierras del extremo sur de la provincia de Córdoba y parte de las de Granada. A nuestros pies, las dos aldeas citadas; sus pobladores han roturado y labrado la tierra plantando olivares hasta casi las cumbres de Albayate.
Hasta este "Collado de Dios", según nos cuenta Rafael Pimentel, subían antiguamente los aldeanos de las Navas para encender velas a la Virgen de la Sierra de Cabra, cuya ermita se divisa desde estas alturas. Nosotros nos limitamos a reponer fuerzas a base de bocadillos, algo de frute y agua. Agustín y Conchi reparten nueces. Miguel reparte un folleto de la convocatoria de las IX Jornadas de Montaña y Aventura que se celebran en Cabra y un librito titulado "Cancionero de Priego", selección de poemas de José Alcalá-Zamora dedicados a los paisajes de Priego.
El descanso no pasa de 15 minutos. Son casi las 11,30 y nos damos cuenta de que nos queda mucho que andar, calculamos que la cumbre está todavía a casi una hora y que ahora vienen trechos de mucho desnivel.
Comenzamos siguiendo el camino que baja en dirección a las Navas, en la vertiente sur de la Sierra. La niebla ha levantado pero se mantienen nubes bajas que no nos permiten contemplar las cumbres más lejanas. La temperatura es excelente, sobre 15 grados; el sol empieza a calentar por fin. Giramos pronto a la derecha, nuevamente en dirección oeste. A pesar de la altura, atravesamos zonas en las que se están haciendo nuevas plantaciones de olivar. Estamos de nuevo cresteando, entre las dos vertientes y a la derecha contemplamos un pequeño valle en forma de medio embudo que puede considerarse como el comienzo de la Cañada de Dios. Al superar un nuevo repecho por un carril transitable en todoterreno, avistamos la hondonada que llaman "la Llaná", y al fondo el "cerro de los Muchachos" (también llamado "La Pelona" por las gentes de la comarca), coronado por el observatorio "contraincendios" que se construyó hace unos años junto al vértice geodésico; tienen razón los lugareños al llamarla así, pues en todo el cerro no se ve un solo árbol digno de tal nombre, sino piedra y monte bajo, siempre raquítico por la falta de agua, como toda vegetación; sin embargo, nadie sabe porqué los libros lo llaman el "Cerro de los Muchachos".
Desde "La Llaná", un espacio de 3 o 4 fanegas de tierra que en otros tiempos estuvo sembrado de cereales, contemplamos las ruinas de la casa, construida en un verdadero peñascal, que mira hacia la cumbre. Aquí, a 1.225 metros de altitud, vivió una familia hasta hace unos 40 años, hoy nos parece increíble. Decidimos subir directamente a la cima por el camino recto que se ha formado por el paso de las motos, en vez de rodear por el carril.
En este tramo final cada uno sube a su ritmo, algunos quieren sentir sus músculos a pleno rendimiento y el sudor brotando de la piel. Vicente se adelanta implacable. Nos espera sentado bajo el observatorio. Quince minutos después estamos todos en la cumbre. Algunos mapas señalan 1.301 metros para la cima del Cerro de los Muchachos, otras fuentes lo dejan en 1.288.
Quienes no habían subido nunca hacen comentarios de gran sorpresa pues pensaban que Albayate era una sierra sin ningún interés. Hay acuerdo en que el observatorio, del que se ha retirado la escalera metálica para que no se pueda subir a la caseta, es un mamotreto excesivo; hace años se construyó uno todo en madera que resultaba muy adecuado al entorno, pero no resistió las inclemencias del tiempo aunque, al parecer, las inclemencias de paseantes y moteros fueron peores que las del tiempo. También se comenta que durante el pasado verano al menos en dos ocasiones en que llegamos hasta aquí, nunca hubo observador en el observatorio.
Sigue el tiempo seminublado sobre todo hacia el sur; pero con una prismáticos observamos de pronto, para sorpresa de todos, que se han abierto un poco las nubes y por ese claro se ve una zona de Sierra Nevada; está completamente cubierta de nieve. Resulta impresionante su altura desde aquí y esa blancura matizada por los pliegues de la sierra y por las sombras de sus cumbres. Divisamos la Sierra de Parapanda, con sus antenas y también Algarinejo, hundido en dirección a Loja y hacia el oeste la aldea de Lagunillas sobre su fértil llano, hoy verde y soleado, al pie de la Horconera. Frente a nosotros, al otro lado de la depresión que forma de sur a norte, el valle del Salado, se levanta imponente la Tiñosa, cuya cima, que nos supera en 300 metros de altura, también se deja ver un instante entre las nubes… Al norte, cerrando el círculo, se ven las sierras de Cabra y de Martos. Zagrilla se observa nítidamente con forma de tres pequeñas manchas blancas en la falda de Sierra Alcaide.
Son las 12,45 aproximadamente cuando iniciamos la bajada hacia el valle del Salado. Seguimos nuevamente una especie de camino que se ha hecho bien por las motos, bien por las muchas subidas a la cima por este itinerario, más directo y rápido. Baja en línea recta hasta el collado por el que cruza el antiguo camino que iba de Priego a Algarinejo. A partir de este punto vamos a pasar por una de las zonas en mi opinión, más interesante de toda esta sierra. Estamos en un lugar que siempre he oído nombrar como "La Cruz de los Panaderos", topónimo relacionado sin duda con los arrieros que transitaban entre Algarinejo y Priego transportando trigo y otras mercancías. Dejamos a la derecha una vereda que baja por un estrecho valle, casi un barranco, ocupado en su cauce por chaparros y monte bajo; esa vereda se unirá más abajo con el camino que vamos a seguir, justo por debajo de la cadena que los propietarios de estos terrenos han colocado ilegalente.
Un poco más adelante, encontramos una era al borde del camino y a pocos metros, casi oculto entre los árboles el "Cortijo de la Era", una construcción que se adivina antiquísima por los enormes muros de piedra que soportan la edificación en las zonas de mayor desnivel. Aquí ha vivido una familia hasta hace unos dos o tres años, sin luz eléctrica y en unas condiciones absolutamente tercermundista; el interior de la casa, a la que se puede acceder pues las puertas han sido forzadas y e edificio empieza a estar en ruinas, impresiona por lo primitivo y miserable del hábitat.
Desde allí el camino empieza una bajada mucho más pronunciada. Pronto estamos en el caserío de Peñas Doblas que se anuncia por los muros construidos en el talud izquierdo del camino, piedra sobre piedra, para sostener simplemente la tierra y los olivos. El caserío de Peñas Doblas es realmente una minúscula aldea, pues la componen varias casas situadas al borde del camino, hoy ya todas abandonadas y derruidas y lo que pudo ser una pequeña plaza; esta aldea, o tal vez los restos de otro emplazamiento situado más arriba, aparece en los textos de la Edad Media y podrían ser un refugio utilizado en la rebelión de Homar Ben Hafsun en el siglo IX. Impresionan los muros de piedra derrumbados ya y los interiores asaltados por la maleza y rodeados por granados y otros arbustos silvestres. Siempre me ha resultado impresionante y misterioso este lugar desde que hace años pasé por aquí en una mañana fría y neblinosa de invierno, y observé cómo salía un hilo de humo de la chimenea de una de estas casas, que parecían abandonadas desde siglos. Es un lugar umbrío y cerrado, situado al filo del estrecho valle que se desploma sinuoso hacia el río Salado.
Mientras admirábamos estas ruinas y comentábamos su historia, Conchi recogió un buen puñado de brotes de cardos que seguramente estarán exquisitos una vez hayan pasado por su magnífica cocina, algunos de cuyos productos conocemos los senderistas.
Continuamos la bajada alegremente pues ya se empieza a abrir el valle y se divisan las tierras del Salado y el final de nuestra caminata. Junto al camino aparece una fuente o pequeño estanque de época medieval, construido por grandes lascas de piedra; está lleno de barro y maleza. Pasamos ahora por las inmediaciones de la Huertezuela, una pequeña meseta, llana, antes evidente huerto y ahora olivar, rodeada por un profundo barranco por el que baja un arroyo, paralelo al camino, de agua abundante en cuanto caen las lluvias. Se ven nogales, membrillos, granados con la fruta ya abierta y podrida; la casa, en el centro de la meseta, con sus paredes desconchadas y su tejado hundido, empezará a derrumbarse dentro de poco. Junto a ella, un enorme abeto recorta su silueta sobre el color rojizo que el otoño ha dado a unos álamos situados un poco más atrás. El lugar es de una enorme belleza, realzada hoy por esta luz, dulce y amable, del sol de otoño; ¿cómo puede estar tan abandonado?.
Desde una de las curvas del camino se divisa allá al fondo el curso del río Salado. Se ve la antigua salina, que se mantuvo en actividad hasta hace unos 10 años, también hoy abandonada. Muy cerca, el cortijo "El Prado" igualmente en absoluta ruina y al otro lado del río, el cortijo "El Cuerno" cuyas tierras fueron roturadas en los años veinte del siglo pasado y en las que mi padre, cuando todavía era casi un niño, ayudó a plantar ese hermoso olivar que hoy llega hasta las mismas faldas de la Tiñosa.
A las 14,20 estábamos en el "cortijo Anegao", este sí, como nuevo, con sus piscina y todo. Junto a él está la antigua escuela del Salado, cerrada hará unos 20 años. Hemos tardado exactamente seis horas en completar el recorrido. Allí nos acomodamos los nueve en el super-todoterreno de Rafael que nos lleva hasta el Castellar por el camino de las Rentas. Los comentarios durante este corto trayecto son celebrados gozosamente por todos. ¿Hay una monja que quiere venir de senderismo con nosotros?. ¡Cielos!. ¡Cualquiera diría que el colectivo "La Cabra Loca", hasta ahora laico, se está consolidando… o ha empezado su decadencia!.

Miguel Forcada Serrano
Priego, 9 de Noviembre de 2008.

08-11-2008 fotos gran travesía de la Sierra de Albayate





























sábado, 8 de noviembre de 2008

8 de noviembre, sábado, "Gran travesía por la Sierra de Albayate"

La madrugada nubosa me preocupó pues según la previsión meteorológica se preveía sol. Me desplacé en el Land Rover hasta El Águila en cuya puerta ya me esperaba Miguel Forcada con el que había quedado a las 7'30. Él con su coche y yo con el mío nos dirigimos hasta la antigua escuela de El Salado junto a la que dejé el todo-terreno de manera que a la vuelta tengamos un medio de desplazamiento. Vuelta al Águila, invito a café y rápidamente salimos hacia el Castellar a la puerta de cuya iglesia aparcamos.
A partir de aquí iniciamos una marcha suave hacia el Cortijo Reyes, giro a la derecha y un ascenso pronunciado por camino recorriendo los terrenos de dicho cortijo en dirección a la cresta. Pasamos por la Casa del Guarda contemplando bellísimos paisajes hasta situarnos en la Cabreriza de Alejo; ya estamos arriba. Continuación por el carril que los "petroleros" hicieron para ascender a unos 1200 metros. Al pasar por un charco acabo con mis posaderas, sí, aquella parte en la que la espalda pierde su digno nombre (así lo describió Quevedo), en el suelo y con las patas por alto. Sonrisas, ayuda para levantarme y a tomárselo con buen humor.
Giramos 90º a la derecha descendemos por la Casa de la Cabreriza hasta el Cortijo de la Sierra con su Fuente de Albayate. Descanso y se decide no comer aquí sino más arriba en el Collado de Dios al que llegamos rápidamente. Aquí ya ha salido el sol, son las 11 de la mañana y el bocata entra de maravilla incluida una manzana y nueces. Con más peso tiramos por un carril para llegar a la zona conocida como "La Llaná" (ojo, aquí a más 1100 metros hubo un cortijo habitado) para ascender el Cerro de los Muchachos en el que está el vértice de "La Pelona". Nuevo descanso, se ha despejado y vislumbramos incluso las cumbres de Sierra Nevada, fabuloso.
Desde este punto, descenso pronunciado y peligroso, calma hasta la Cruz de los Panaderos (cruce de caminos, mejor decir veredas, en plena Sierra). Más allá, a 1,5 kms el Cortijo de la Era, ya son las 13'30 horas y no hay tiempo para visitar dicha construcción. Por un camino y bastante rápido bajamos hasta el Cortijo Anegado y a la escuela del Salado donde nos espera un Land Rover Defender en que nos acoplamos todos para, por un camino vecinal, volver al Castellar. Han sido unos 16 kilómetros magníficos, maravillosa Sierra de Albayate.
Gracias Miguel, Manolo, Vicente, Agustín, Conchi, Alonso, Zafra y Rafalín por haberlo hecho posible. Ojalá continúen estos encuentros en plena naturaleza.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Mañana sábado travesía de Albayate

No lo olvidéis mañana sábado 8 de noviembre la gran travesía de Albayate. Como siempre el punto de encuentro es el Bar el Águila a las 8 de la mañana, previamente Miguel Forcada y yo habremos desplazado un vehículo al punto de destino en la escuela de la aldea de El Salado.

jueves, 6 de noviembre de 2008

6 de noviembre: ruta corta por el Arroyo del Ciego (Algarinejo)

Después de los pasados días de lluvia, teniendo la mañana libre y después de estudiar anoche con el SIGPAC la zona, me decidí a realizar una ruta corta por los senderos paralelos al Arroyo del Ciego, término municipal de Algarinejo, la misma asciende por la parte sur de mi adorada Sierra de Albayate.

Comencé desplazándome en cohe unos 17 kms desde Priego en dirección a Algarinejo por la actual A-4154 (antigua N-321). Al pasar el km. 38 se observa una bellísima construcción llamada "Villa Ana", seguidamente hay un carril a la izquierda en cuyo inicio dejo el vehículo. Me desplazo al principio casi sin desnivel y de los tres caminos que se me ofrecen a unos 150 metros de la carretera opto por el de la derecha. Con el mismo asciendo hasta que casi desaparece en unas rodadas por el olivar del cerro desde cuya cumbre ya se observa el pico de La Pelona y el olivar situado en el viso posterior al Cortijo de Valdeinfierno.

Desciendo por el mismo itinerario hasta cruzarme con el arroyo que da nombre a la ruta. Lo sigo hacia arriba en dirección a la sierra hasta que se descubre un punto para su vadeo. Realizado esto, asciendo por un olivar bastante empinado llegando a enlazar con el camino central de los tres que dejé en el primer cruce. Esta vía está en muy buen estado (asfaltada y cementada en su mayor parte) y nos conduce a dos cortijos desde los que otro carril ascendente nos llevaría al viso de Valdeinfierno. No lo sigo sino que vuelvo en sentido contrario para llegar nuevamente a mi coche. En total 1 hora con 40 minutos con un tiempo estupendo y un mejor sol.

En un futuro, dejando un vehículo a la entrada del carril de Valdeinfierno, podríamos realizar esta ruta transversal por la Sierra de Albayate. He calculado la distancia y ronda los seis kilómetros.