domingo, 2 de mayo de 2010

Artículo sobre los caminos viejos de Miguel Forcada (1)

Por los caminos viejos (1):
“De Priego a Fuente Tójar, por Las Angosturas
y El Cañuelo”.



Nos ocurre a veces a los aficionados a ese deporte modesto que es el senderismo. Iniciamos un recorrido que discurre por parajes conocidos y cercanos; pero, de pronto la historia se nos aparece, exhibiendo sus huellas, exigiendo recuerdos, en el primer recodo del camino. Caminar desde Priego a Fuente Tójar, pasando por El Cañuelo, siempre por los caminos viejos, se convirtió inesperadamente en una aventura por la selva de los siglos; algo que pronto será imposible ya que muchas de esas huellas están a punto de desaparecer…
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El nuevo trazado de la carretera A333 entre El Cañuelo y Priego, va a transformar nuevamente el entorno paisajístico de nuestra ciudad. Será sobre todo la travesía del paso de Las Angosturas la que provocará un cambio brusco en muchos sentidos.
Lo más sorprendente es que la nueva carretera va a recuperar el camino de herradura que durante siglos (antes de la apertura de la carretera que discurre paralela al Río Salado) fue vía obligada de comunicación para los prieguenses que querían ir a Fuente Tójar, Alcaudete o Baena, pero también a Jaén o Madrid. Las Angosturas era entonces un desfiladero, un cañón, un barranco intransitable por el que se abrían paso las aguas tumultuosas del río entre paredes de roca separadas por menos de 15 metros en algunos tramos.
Este enclave cerraba como un tapón el valle del Salado que bajando desde las estribaciones de la Tiñosa en su ladera sur, discurrían en dirección norte entre las sierras Horconera y Albayate, pasaban por las inmediaciones de la plataforma caliza sobre la que se asienta Priego y creaban una pequeña vega entre las sierras de Leones y de los Judíos para excavar después, como una hoz, una estrecha salida entre ambas: el paso de las Angosturas.
Los habitantes del valle y de las sierras que lo circundan, desde el Paleolítico; y los que desarrollaron su vida junto al manantial de la hoy llamada Fuente de la Salud, trazaron sus caminos de salida hacia otras tierras por ambos lados del desfiladero: por la loma de Azores hacia Castil de Campos y Alcaudete; por la loma del Portillo, en la falda de Sierra Leones, hacia Baena o Jaén. Eran caminos solo aptos para cabalgaduras o pequeños carruajes que se arrastraban lentamente cuando no quedaban varados ante cualquier despeñadero. El camino viejo de Fuente Tójar comenzaba justo en ese lugar en el que, resistiendo varias remodelaciones y otros avatares, se mantiene la llamada “Cruz de la Vega”, una cruz de piedra caliza que según una inscripción que tiene en la peana, se colocó en 1.818 a cargo del Alcalde de las Aguas del Partido[1]. En 1994 fue de nuevo recolocada al finalizar las obras del Polígono Industrial que hoy ocupa aquellos terrenos.
[1] Véase Periódico ADARVE nº. 75, pág. 7 y 80-81 pág. 18, ambos de 1979. Al parecer existe una leyenda según la cual, la cruz fue colocada en memoria de un regante de la zona, fallecido a manos de otro tras una disputa causada por un desacuerdo en el reparto de las aguas.

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