miércoles, 25 de noviembre de 2009

Más poesías y comentarios de Antonio Luque Cañete

YA NO VUELVO YO POR PRIEGO:

En estas peleas en broma, que pueden ser un aliciente en el blog de senderismo, con el ánimo de estimular las dotes literarias del peripatético personal. Consciente de que en la última salida estaba en franca minoría y no contaba en mis huestes con ninguno de los bravos caballeros carcabulenses, allá por el castillo de tiñosa, no tuve otra que callar a riesgo de que me hubieran despeñado por aquellos vericuetos, o mi cabeza hubiese adornado la cruz de los salesianos, tuve que ser condescendiente con el taimado Forcada, que pícaramente fingía estar afectado por mis versos y pretendía mostrar su supuesta desventaja en la rimada disputa, cuando ya con premeditación, alevosía y cuasi nocturnidad, y en complicidad con el alcaide del blog, había colgado unas quintillas sobre el calzado adecuado para el senderismo, mientras yo estaba en la Higuera, el cortijo, la fuente o el puerto, tanto monta, monta tanto, y no obstante mientras tanto, en el mismo centro de priego, con gran pesar y espanto, y casi al borde del llanto, todo compungido y serio, como colofón y broche, descubro que mi coche lo han llevado al cementerio.
Después de otra ingrata experiencia en tierras enemigas, vayan estos ripios a forma de pedrada.


YO YA NO VUELVO POR PRIEGO

Decía de versos no saber
que me dejaba en espera
pero había de responder.


El día de las Lagunillas
me la tenía ya guardada
mientras yo estaba en la higuera
en el blog colgó quintillas.

Pero ahí no queda la púa
pues hay un nuevo misterio
que en nada fue de mi agrado
y es que apareció la grúa
dejé mi coche aparcado
tan bien en la calle Río
y acabó en el cementerio.

No me extrañaría nada
que detrás de todo esto
andase Miguel Forcada.

Yo ya no vuelvo por Priego
estoy harto cabreado
a no ser por Rafael
y no es por darle coba
pero es hombre más calmado
que siempre va de coche escoba
Me fío más de Pimentel
por la parte que me toca
que en lo que toca a Miguel
es más bien un cabra loca.

En la próxima ocasión
ya no vuelvo yo por Priego,
firmaremos una tregua.

Os dejo en la torre de Uclés
en la misma media legua
y allí les digo hasta luego
con el agua la pandueca
a ustedes les vaya bien.

He dicho-

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